Mensaje de Felipe Calderón el 5 de septiembre de 2006

Fuente: http://www.felipe.org.mx/felipeCalderon/
Sala+de+Prensa/Discursos/2006/Septiembre/dis_05_09_06.htm

Gracias queridos amigos, mexicanas y mexicanos:

Hoy es un día trascendental para la vida de México, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratificó la decisión que los ciudadanos tomamos en las urnas el 2 de julio con esta resolución que reconoce nuestro triunfo ganado a pulso concluye el proceso electoral del 2006.

Como Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos, quiero agradecer en primer término a lo ciudadanos por su madurez, su convicción democrática y su participación ejemplar durante la jornada electoral.

A pesar de lo intenso de la contienda ha sido un proceso libre, equitativo y democrático vigilado por la propia ciudadanía. Con su desempeño imparcial y profesional el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial han demostrado su eficacia como órganos garantes de la democracia.

Quiero expresar mi reconocimiento nuevamente a quienes fueron mis adversarios, a los candidatos de todos los demás partidos políticos y coaliciones que contendieron en esta elección.

Sus propuestas, las más valiosas, que  son de todos propuestas legítimas y representativas, serán incorporadas en el programa de gobierno.

Los invito a ellos y a todos a sumar esfuerzos en beneficio de México. Para ellos, de mi parte habrá siempre una mano tendida y una puerta abierta al diálogo.

Como Presidente Electo sé que los ciudadanos esperan un gobierno abierto a todas las expresiones, a todos los proyectos, a todo lo que beneficie a nuestro gran país.

El primero de diciembre asumiré con determinación, con responsabilidad y con pleno respeto a los ciudadanos, a los poderes de la unión y a los partidos políticos la tarea que el pueblo me ha conferido.

La pluralidad es el mandato de las urnas, así lo entiendo y así habré de gobernar.

El proceso electoral ha terminado, llegó la hora de la unidad y de los acuerdos. Tenemos un pasado que nos hermana y un futuro por construir.

A los líderes políticos y sociales les digo que en mí encontrarán la total disposición para resolver las discrepancias que nos separan y encontrar de nuevo el camino que nos une.

Iniciaré de inmediato un diálogo respetuoso y constructivo con el Congreso de la Unión. Confío en que del diálogo surja la agenda nacional en la que anhelos y aspiraciones  mayoritarias queden reflejados.

Debemos estar unidos de cara a la nación, porque sólo unidos podremos vencer a quienes son nuestros verdaderos enemigos: la pobreza, la delincuencia, el desempleo, la desigualdad. Divididos perderíamos la fuerza que necesitamos para construir un México mejor.

Unidos haremos crecer la economía y generaremos los empleos bien pagados que necesitamos.

Unidos educaremos mejor a nuestros hijos.

Unidos lograremos que no haya ninguna mexicana, ningún mexicano, sin médico o sin medicina.

Unidos podremos proteger nuestros recursos naturales y rescatar la seguridad de nuestras calles y de nuestras ciudades.

Los llamo a todos a trabajar por México, un llamado a las fuerzas políticas, a los gobernadores, a los congresos locales, a los ayuntamientos del país, desde luego al Congreso de la Unión.

A todos los convoco a unir fuerzas para orientar la vida de México hacia los valores que compartimos los mexicanos, a la justicia, al trabajo, a la protección del ambiente, al patriotismo, a la paz.

Los invito, además, a participar en el diseño del programa del próximo gobierno. Juntos construyamos la visión del México del futuro que queremos para nuestros hijos, un proyecto que nos una a todos y del cual se desprenderá el Plan Nacional de Desarrollo.

Los invito a dialogar, entre los mexicanos podemos pensar diferente pero no somos enemigos.

Parafraseando a don Melchor Ocampo digo que es hablándonos y no enfrentándonos como habremos de entendernos y pienso que cerrarle la puerta al diálogo es cerrarle la puerta a México.

Las diferencias políticas, la confrontación de los proyectos, fueron parte de la campaña y han quedado atrás. Hoy sigue la etapa de las coincidencias y de los acuerdos, debemos pasar de la polémica a la cooperación democrática, a la construcción de una agenda y del proyecto común.

Me decidí a buscar la Presidencia porque estoy convencido de que en el futuro lograremos, si trabajamos juntos, darle un nuevo rostro a México. Siempre he soñado y luchado por una sociedad sin desigualdades, sin discriminación, sin exclusiones.

Un México en el que todos, absolutamente todos, podamos gozar y ejercer los derechos políticos, económicos, sociales y culturales que la Constitución nos reconoce y al mismo tiempo cumplamos con nuestras obligaciones y responsabilidades como ciudadanos.

Quiero una economía poderosa y fuerte, capaz de crear riqueza y distribuirla, una economía libre y competitiva que proteja a los consumidores y permita la participación equitativa de todas las empresas privadas y sociales sin distingos ni privilegios.

Quiero una economía productiva, una economía capaz de generar los cientos de miles de empleos para que nuestros jóvenes no emigren y todos podamos vivir con dignidad de nuestro trabajo.

Quiero una economía en que todos, especialmente los micro y pequeños empresarios, los miles de campesinos y trabajadores agrícolas, todos tengan cabida y oportunidades de mejorar.

Quiero un gobierno de la República e instituciones políticas cuyo único objetivo sea servir a ustedes los ciudadanos; es decir, hacer posible que en México se gocen y se ejerzan los derechos políticos y también se cumplan a cabalidad las responsabilidades del ciudadano en un Estado fuerte y democrático capaz de garantizar una auténtica cultura de la legalidad y el Estado de Derecho en todas sus manifestaciones, comenzando por la seguridad pública.

Quiero un México ganador en la escena internacional, con una política exterior responsable y activa que abone al desarrollo y al bienestar de los mexicanos, que haga que México responda al liderazgo que le corresponde asumir en la construcción de un mejor entendimiento global y regional, particularmente en América Latina.

Quiero un Estado que asuma su responsabilidad social, especialmente con quienes están más desprotegidos para promover y garantizar la igualdad de oportunidades.

Estoy convencido que en los próximos 6 años podremos darle ese nuevo rostro a México, una sociedad más igual, una economía poderosa, generadora de oportunidades y empleos, un Estado democrático, un gobierno honesto y eficaz, un ambiente digno para las futuras generaciones.

Como Presidente Electo propongo en lo inmediato a la sociedad y al Congreso 3 asuntos prioritarios: el combate a la pobreza, la seguridad pública y la generación de empleos.

En primer lugar, el combate a la pobreza, el abatimiento de las desigualdades. Si algo demanda la acción urgente y con todo el poder y los recursos del Estado mexicano es la atención a millones de familias mexicanas que viven aun en condiciones de pobreza y marginación, que no tienen acceso a servicios básicos ni a condiciones elementales en la impartición de justicia y en el acceso  la vida digna.

Esta ha sido desde siempre mi  convicción personal, ustedes lo saben, y es seguro que es también la convicción de millones de mexicanos. Por eso es necesario ir más allá de la ayuda y el apoyo a estas familias y trabajar para poner a su alcance oportunidades que les permitan superar su condición de manera productiva, de manera que su esfuerzo por sacar adelante a sus familias sea recompensado.

Al instar al Congreso a que trabajemos en esta tarea urgente de manera coordinada, evoco los sentimientos de la nación, de don José María Morelos y Pavón, que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicten nuestro Congreso deban ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, modere la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre que mejore sus costumbres alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto.

En segundo lugar, propongo la consolidación de una economía moderna, competitiva, una economía que sea capaz de generar más y mejores empleos para elevar las condiciones de vida de las familias mexicanas.

La consolidación de una economía estable y en crecimiento cada vez más competitiva es la clave para generar los empleos de calidad que demandan hoy nuestros jóvenes y en general los mexicanos. Este fue el eje de mi campaña y será también el eje de mi gobierno.

Y en tercer lugar, el combate a la inseguridad. Los mexicanos exigimos vivir de manera segura, en paz, sin zozobra y sin temor, la ciudadanía reclama que se acabe con la corrupción, la impunidad y la injusticia.

La gente quiere recobrar la tranquilidad y la certidumbre; exige que el gobierno cumpla su función de garantizar el respeto a la ley, a las instituciones y que se consolide un auténtico Estado de Derecho con una estricta aplicación de la justicia.

Las Fuerzas Armadas tienen como tarea servir a México. Así seguirá siendo. El pueblo aprecia su lealtad a la Constitución, mi gobierno habrá de fortalecer su papel de ser garantes de la soberanía nacional.

Como Presidente Electo de México pondré todo mi esfuerzo y mi voluntad desde hoy para llevar a cabo estos objetivos y llevar adelante todos aquellos compromisos que asumí en la campaña electoral.

Hoy reafirmo mi voluntad de gobernar para todos los mexicanos sin distinción de ningún tipo, ni política, ni religiosa, ni de región del país. Mi gobierno estará al servicio de toda la sociedad, ejerceré un gobierno incluyente, responsable y honesto, transparente y comprometido plenamente con la rendición de cuentas. Gobernaré con absoluto respeto a nuestras instituciones y a las leyes democráticas.

Pertenezco a una generación de mexicanos que tiene la mirada puesta en el futuro. Por eso convoco a los mexicanos a esta gran hazaña de hacer de México un país justo y democrático, un país moderno, un país que mire de frente al mundo seguro de sí mismo, un país ganador.

Convoco a los actores políticos o sociales, a la sociedad civil organizada a sumar este esfuerzo par conducir a México al futuro.

El próximo año festejaremos el 150 Aniversario de la Constitución de 1857. En el año 2010 el Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución Mexicana.

Mi compromiso es que al llegar a estas fiestas nacionales, México esté más cerca de los sueños de Hidalgo y de Morelos, de Juárez y de Ocampo, de Madero y de Zapata.

Preparémonos para ello y por lo pronto, en este mes de la Patria recordemos que México está por encima de nuestros intereses particulares. La Patria es la casa común de todos los mexicanos, la casa de nuestros padres, en  trance perpetuo de edificación, como dijera González Luna.

Recordemos que la Bandera, el Escudo, el Himno Nacional, la historia Patria, nos pertenece  a todos los mexicanos sin distingos.

Recordemos en septiembre y siempre que ser mexicano es más importante que pertenecer a un partido político o haber apoyado a un candidato.

Que México no merece la división por causas que pueden ser superadas por la vía de la razón y del entendimiento, por la vía de las instituciones y la ley, por la vía de la democracia.

Yo conduciré el próximo gobierno de la mano de ustedes, de la mano de los ciudadanos, y seré un Presidente que respete de manera estricta la vigencia de las garantías individuales, especialmente la libertad de expresión y de credos.

Amigas y amigos:

Yo quiero agradecerles a todos ustedes su confianza y su apoyo. A todos los mexicanos les pido que iniciemos una nueva etapa en la vida nacional, que seamos capaces de soñar, que seamos capaces de probar nuestra capacidad de entendimiento, que seamos capaces de ser mexicanos por encima de cualquier cosa.

Los invito a todos, los invito a todos a que trabajemos desde hoy por el México justo, por el México libre, por el México próspero, limpio, seguro, por el México ganador que todos anhelamos y con el cual estoy plenamente comprometido.

Muchas gracias.

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